La distorsión comercial que está generando el “rulo de los fletes” en el mercado local preocupa más que nada a las oficinas locales de los primordiales forwarders de todo el mundo.
“No sé si es ilegal, pero claramente es desleal: todos les pagamos el mismo flete a las compañías marítimas. Pero algunos forwarders ofrecen descuentos de por lo menos 1000 dólares y en algunos casos mucho más. Sobre el mismo flete”, lamentó el manager de Ocean Freight de una empresa alemana de logística internacional.
La maniobra no es nueva, ni puntual. Es una práctica amplia en el mercado, sin embargo, de difícil inculpación.
Existe un gran ambiente de descontrol, por ejemplo, el ejecutivo que pidió reserva afirma “Hubo una primera ola fuerte, cuando el dólar pasó de 40 a 80. Después se calmó un poco, pero desde hace un año la situación se fue de control”.
La brecha del orden del 100% entre el tipo de cambio oficial y el paralelo alimenta esta maniobra.
Otro directivo de un forwarder europeo repitió la operatoria: “Les piden a los exportadores que les depositen el monto del flete en una cuenta en Uruguay a cambio de un flete entre un 15 a un 20 por ciento más barato”, explicó.
Sin duda alguna, con estas maniobras se afecta la base imponible “y podría configurar contrabando, porque el flete es una de las condiciones de venta, y el valor es uno de los elementos que incide en la base imponible”.
Pero si bien la Aduana tiene elementos para actuar, no parece suceder lo mismo en el Banco Central, uno de los actores clave en materia de administración del comercio exterior a partir del control de cambios.
“El Banco Central no tiene tanta gente como para dedicarse a esto. Esta práctica no es nueva, ya se dio en el pasado”, explicó el especialista en prevención de lavado de activos.
Es decir, cada vez que existió una brecha considerable y distintos tipos de cambio, surgen este tipo de maniobras.